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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Disco óptico capaz de almacenar información por “mil millones de años”

Un investigador de la Universidad de Twente en Holanda, ha desarrollado un nuevo dispositivo de memoria óptica el cual está hecho de tungsteno y nitruro de silicio y que afirma puede almacenar datos con seguridad total por periodos de tiempo extremadamente largos, de hasta mil millones de años.
 
Los discos duros son sumamente susceptibles a campos magnéticos externos y fallos mecánicos, y tienen una duración máxima de alrededor de 10 años; de forma similar los CD, DVD y memorias USB también tienen su propio talón de Aquiles.
 
El investigador Jeroen de Vries de la Universidad de Twente se dedicó a resolver este problema mediante el diseño de su propio dispositivo de almacenamiento. En cuanto a los materiales seleccionó el tungsteno, el cual puede soportar temperaturas extremadamente altas, encapsulado en nitruro de silicio, una sustancia altamente resistente a las fracturas que experimenta poca deformación cuando se somete a elevados niveles de calor.
 
El disco, de acuerdo a Vries, es tan resistente que puede almacenar datos importantes sobre la raza humana y conservarlos mucho después de su extinción, para el beneficio de cualquiera que pueda encontrarlo (por supuesto, suponiendo que los extraterrestres, robots o cualquier otro sepa como decodificar la información contenida en el disco en primer lugar).
 
En el interior del dispositivo, la información es almacenada mediante el grabado de códigos QR en el tungsteno – los cuáles pueden ser decodificados fácilmente por los smartphones de la actualidad. Este método es bastante resistente debido a que la información aún se mantiene preservada después de que hasta un siete por ciento de los datos han sido comprometidos. Cada pixel del código también contiene un segundo conjunto de códigos QR mucho más pequeños, con pixeles de unos pocos micrones de tamaño.

Para conocer el tiempo que el dispositivo es capaz de retener la información, de Vries se basó en el modelo de Arrhenius, que simula largos períodos de tiempo mediante la exposición del dispositivo a niveles predeterminados de calor para una cantidad fija de tiempo.
 
El investigador calentó el dispositivo de almacenamiento a 200 grados Celsius durante una hora y no encontró ninguna degradación visible, lo que de acuerdo al modelo simula un millón de años de uso. El dispositivo solo mostró algunos signos de degradación cuando fue calentado a temperaturas mayores, de alrededor de 440 grados Celsius. Pero aún así, el tungsteno no sufrió daños y la información aún podía ser leída.
 
Aunque el modelo matemático utilizado para la prueba se limita a la exposición a altas temperaturas (y, como el investigador admite, puede que no sea del todo exacto), de Vries dice que si se puede encontrar un lugar que sea muy estable y seguro para almacenar el dispositivo, tales como una instalación de almacenamiento nuclear, el disco y los datos que contiene podría durar períodos de tiempo extremadamente largos, del orden de millones de años.

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